Cáncer Testicular
El cáncer testicular supone el 1% de todos los cánceres y representa el 5% de los cánceres en urología. Suele aparecer entre 15 y 35 años de edad. Su frecuencia disminuye con la edad, pero no desaparece y existen tumores malignos de testículo en adultos y en la tercera edad. La incidencia de este tumor en los últimos años está aumentando.
Los factores de riesgo asociados a este tumor son haber tenido cáncer en el otro testículo o tener un testículo no descendido (criptorquidia). El 10% de los tumores de tesículo se asocian a un testículo no descendido, y fijarlo a edades tempranas no ha demostrado que se reduzca este riesgo.
Como todo proceso canceroso, pueden tener extensión por el propio testículo, o que la enfermedad se propague más allá pudiendo producir metástasis. En general el pronóstico tras tratamiento es bueno, tanto mejor cuanto más temprano sea el diagnóstico. Con cirugía y quimioterapia puede curarse en la mayoría de los casos.
¿Qué es un tumor testicular?
Los tumores testiculares son poco frecuentes, pero ocurren en mayor medida en hombres de 15 a 35 años de edad. Se sitúa en los testículos, que se encuentran dentro del escroto, un saco de piel floja que se halla debajo del pene.
¿Cuáles son los síntomas del tumor testicular?
Lo más frecuente es palpar un bulto en el testículo algo indurado. Además puede existir sensación de pesadez en el escroto o dolor. Puede ir acompañado de acumulación de líquido en el escroto, llamado hidrocele, que puede enmascarar el bulto en el testículo.
También puede presentar aumento de las mamas o dolor de espalda. La mayoría de los dolores de testículo (link dolor testicular.) son benignos pero no se nos puede escapar un tumor que los esté causando. Consulta al médico si notas dolor, hinchazón o bultos en los testículos o en la zona de la ingle; en especial, si estos signos y síntomas duran más de dos semanas.
¿Cómo se diagnostica el tumor testicular?
La exploración física es fundamental para el diagnóstico y hacer una aproximación de la extensión del mismo. Además se debe realizar SIEMPRE una ecografía de testículo que es la que nos muestra la presencia de un tumor.
La analítica de sangre con marcadores específicos para el testículo nos ayuda a valorar de qué tipo de tumor se trata, su extensión y cuál es el mejor tratamiento. Estos marcadores son: Alfa Fetoproteína (Alfa FP) y Fracción Beta de la Hormona Coriogonadotropa (Beta HCG).
Puede ser necesario un estudio de extensión para descartar afectación de los ganglios (adenopatías tumorales) o tumores a distancia (metástasis). Es fundamental para una buena evolución un diagnóstico temprano. Los tumores testiculares en fase temprana suelen tener buen pronóstico, pero por el contrario, abandonados y sin control, se extienden por los ganglios y metastatizan con facilidad.
¿Cuál es el abordaje del tumor testicular?
La cirugía para extirpar el testículo (orquiectomía inguinal radical) es el principal tratamiento para el cáncer testicular. Para extirpar el testículo, nuestros especialistas realizan una incisión en la ingle y extraen todo el testículo a través de la abertura.
En caso de que para el paciente sea un problema estético podemos colocar durante la cirugía una prótesis de testículo de silicona.
¿Qué esperar de la extirpación testicular?
En los casos de cáncer testicular en estadio temprano, es posible que una extirpación quirúrgica del testículo sea el único tratamiento necesario. En otras ocasiones y tras estudiar el tumor por anatomía patológica, nuestro equipo de expertos junto con los oncólogos discuten en una sesión si es necesario añadir otros tratamientos como quimioterapia o radioterapia.
¿Qué es la criptorquidia?
La criptorquidia es el descenso incompleto del testículo hasta el escroto (la bolsa donde se alojan los testículos).
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